viernes, 30 de noviembre de 2012

Elecciones de Junta Departamental de Letras - Claustro de graduados

Elecciones de Junta Departamental de Letras
5, 6 y 7 de diciembre de 2012
Propuesta de Letras


Votá por:

TITULARES
Lucía HELLIN
Juan José Martín SALINAS
Andrés MONTEAGUDO

SUPLENTES
Mariana BENDAHAN
María Guadalupe SALOMÓN

Plataforma I. Una selecta minoría


Cada elección y de manera programática, desde Propuesta de Letras sostenemos la necesidad del claustro único docente en el cogobierno de la UBA porque ya no hay dudas de que la conformación actual distorsiona las representaciones: disminuye el peso de quienes constituyen el 75 % de los docentes de la Universidad (que no integran el claustro docente de profesores regulares) y deja sin representación real a los graduados que no continúan su actividad profesional en las facultades.
No queremos seguir esperando las condiciones propicias para concretar esta vieja demanda que es resistida con actitudes corporativas por el minoritario claustro de profesores y las autoridades de la UBA; la reforma implicaría una mayor participación de estudiantes, docentes y graduados.
En el nivel de la Facultad y la carrera, una de las consecuencias de la falta del claustro único se evidencia cada dos años en las candidaturas para la dirección del Departamento de Letras, en tanto se reducen a las opciones que ofrecen dos listas de profesores que representan a 37 de los 350 docentes de Letras. Considerando las actuales políticas del Departamento, el director que emane de estas condiciones vigentes de representación seguirá siendo, por definición y por sus prácticas, representante de la “minoría de profesores”. No queremos tener que optar entre el candidato de la minoría “moderna”, a la que nos oponemos desde hace años, y un tercer período de Américo Cristófalo. Para llevar adelante nuestras demandas no podemos seguir esperando que el claustro de profesores ofrezca de sus escuetas filas otro candidato a director capaz de tomarlas como propias. Por eso,  damos el puntapié inicial y convocamos a transformar las reglas de representación en nuestra Junta y las restricciones que impone la actual mecánica de elección del Director del Departamento, no sólo abriendo el juego a la totalidad de la planta docente de la carrera sino también con el fin de concretar la tan demorada democratización de los órganos de cogobierno universitario.

Plataforma II. Balance del período 2011-2012



*      El lugar de los “auxiliares” / “graduados” en las políticas de la Facultad y el Departamento

Durante este período que finaliza, nuestra intervención como representantes del claustro de graduados fue muy activa respecto a los proyectos y temas inherentes, sobre todos, a los docentes auxiliares. La sustanciación del primer llamado a concursos, la preparación del segundo y los proyectos que presentamos y sometimos a discusión han ampliado la visibilidad de nuestras condiciones de trabajo y del nivel de formación y experiencia de quienes como trabajadores docentes componemos el claustro de graduados de la carrera. Pero los debates, tratamientos y resoluciones de estos temas  mostraron límites políticos y estructurales respecto a las vías de aprobación y ejecución de esos proyectos. Como informamos periódicamente, la dirección del Departamento resistió cuanto pudo los criterios laborales y académicos orientados al claustro, y no acompañó las decisiones votadas y elevadas al Consejo cuando no estuvieron dentro de sus parámetros.
Si la conducción del Departamento fue hostil a nuestra representación, tanto el funcionamiento de la Junta como los tratamientos de los problemas del claustro de graduados en el Consejo han mostrado en conjunto una mezcla de indiferencia y negación respecto a nuestra condición de docentes, investigadores y trabajadores: dilación de concursos por cuestiones “administrativas”, exigencias absurdas para las promociones (y demoras en sus tratamientos cuando emergen del propio claustro), exclusión de los profesores interinos de los jurados de auxiliares porque no son regulares (¡porque no hay concursos!), indolencia ante los reiterados pedidos de tratamiento de la reestructuración del área de Lingüística (donde muchos compañeros dictan dos o tres materias con un solo nombramiento y dedicación simple), evaluaciones ensañadas de currículum de ayudantes, olvido perenne en cajones de temas y expedientes que nos competen (como llamados a concursos de adjuntos interinos). Más allá de las inserciones políticas y las solidaridades individuales de algunos colegas del claustro de profesores, la grilla de legibilidad general que nos deja nuestro balance es la de la minorización de docentes con años de trabajo frente a curso. Y no estamos hablando acá sólo de los temas clásicos, como los pedidos de rentas a organismos externos a la Facultad para los ad honorem o para poder regularizar los cargos por concurso. No.



*      La conformación de la planta docente, los desajustes en la representación y la correlación de fuerzas


Al terminar este año, sólo 37 docentes integran el claustro de profesores de la carrera en carácter de titulares, asociados y adjuntos regulares, con 4 representantes sobre 10 en la Junta Departamental, entre los cuales se elige un Director. Nuestro relevamiento de planta 2011 mostraba que sobre unos 373 cargos (la cantidad de personas es algo menor, por las asignaciones de funciones en más de una materia), todos los demás integramos el mal llamado “claustro de graduados”: 14 ayudantes de 2°, 187 ayudantes de 1°, 78 jefes de trabajos prácticos, 35 adjuntos interinos y 2 asociados interinos. Este es el “claustro de graduados” de nuestra carrera. Estos son los 316 profesores que dan clases (prácticas y teóricas), investigan en los equipos de cátedra, forman nuevos docentes e investigadores, se capacitan, corrigen parciales, toman finales, planifican, completan cada requerimiento administrativo que pide la Facultad. No somos aprendices ni pasantes, somos el grueso de los docentes (auxiliares y profesores) que se para frente a un curso, en muchos casos con más de veinte años de antigüedad. Somos compañeros interinos de nuestros propios ex estudiantes, ahora interinos y ad honorem.
Llegado este punto, no vamos a seguir esperando que los departamentos, el Consejo Directivo y Decanato organicen sus recursos administrativos, se pongan de acuerdo con Rectorado, consigan el presupuesto “fantasmático” para llamar nuestros concursos, y dispongan la creación del claustro único docente.
Por tercer período consecutivo el profesor Américo Cristófalo se presenta como candidato a Director y es avalado por la lista de profesores que integra. En consonancia con las autoridades de la Facultad y las mayorías del Consejo Directivo, la actual dirección de departamento ha mostrado la constante voluntad de “bajar” al Departamento y a la Junta las decisiones de la mayoría política que gobierna la Facultad, en vez de “subir” y defender los proyectos debatidos y votados por las representaciones de docentes y estudiantes. Porque creemos que es necesario diseñar un modo alternativo de representación, más igualitario y consustanciado con las necesidades y demandas de la gran mayoría de los que integramos la comunidad de Letras, proponemos avanzar hacia el claustro único docente en toda la UBA, para participar del cogobierno en igualdad de condiciones y en función de nuestro peso real en la carrera, la facultad y la universidad. Sin embargo necesitamos ya otra representación y otro tipo de enlace entre la carrera, la Junta y el Consejo Directivo. Con una planta de alrededor de 350 profesores, creemos que el director del departamento de Letras no puede seguir saliendo de entre la treintena de profesores regulares, excluyendo las problemáticas que afectan al otro 90 por ciento de los docentes. Por eso, además de los proyectos que detallamos más abajo, proponemos para la próxima elección de Director/a la anulación de ese criterio restrictivo. Y esto como punto de partida para debatir, con los compañeros y las diferentes agrupaciones de graduados y estudiantes, entre todos, un plan que modifique la reglamentación vigente y minimice las inequidades que actualmente rigen en materia de elecciones y representaciones departamentales.



*      ¿A dónde se supone que “vuelve” Letras?

La lista que por segunda vez se presenta como pata en graduados de la actual gestión (y como representación de esta dirección del Departamento en Junta) nos reprocha la aplicación de “las viejas fórmulas surgidas en respuesta a las políticas neoliberales”, y en consecuencia evalúa errónea nuestra persistencia en la “defensa de los derechos laborales”; desde allí señala además que no consideramos un horizonte más allá del trabajo docente en la carrera.
Recordamos lo evidente: la ley 24.521 de Educación Superior de 1995 sigue vigente; el estatuto de la UBA con su distinción entre “profesores” y “graduados” sigue vigente; las irregularidades salariales, los interinatos y las inadecuaciones renta-cargo aún están aquí, y como docentes e investigadores de la carrera NO TENEMOS REPRESENTACIÓN propia en el cogobierno. Si el “claustro de graduados” se ha convertido en esta y las otras facultades de la UBA en la representación de los trabajadores docentes, es por este desajuste entre nuestra categoría de “auxiliares” y nuestra representación político-institucional en el colectivo de “graduados”. (El último censo publicado de la UBA mostraba en 2004 que 20.828 de sus 28.943 docentes eran “auxiliares”: un 75,6 % de la planta sin representación.) Situación que a su vez limita estructuralmente una verdadera representación de graduados de la carrera con otras inserciones laborales diferentes a la de los docentes auxiliares y profesores interinos. Todos somos docentes, y aunque debemos ajustarnos a un escalafón con diferencias de tareas y obligaciones, exigimos una representación igualitaria y democrática en los diferentes estamentos de decisión y debate de la universidad.
Los reclamos que nos hace la lista explícitamente alineada con la gestión de la Facultad carecen de sustento y resultan también extraños. Por un lado se nos endilga “amiguismo” y desaprensión respecto de la mecánica de regularización por concursos (?). Frente a esta infundada acusación, cabe recordar que quienes integran esta misma lista forma parte de la mayoría de consejeros graduados en el Consejo Directivo, que ha sostenido el statu quo de la minoridad de nuestro claustro, dentro y fuera de la Facultad (las situaciones de los 316 docentes que no son parte del grupo de 37 profesores lo confirman). Integra la misma mayoría que en julio de 2010 y antes de su aplicación avaló la supuesta suspensión (hoy lisa y llana derogación) del artículo del Reglamento de concursos que preveía promociones de auxiliares por evaluación de jurados y comisiones, y que tendía a la carrera docente, disminuyendo lo que ahora llaman “arbitrariedades”. Así, sin debate ni pelea, borraron de un plumazo un mecanismo institucional de evaluación de antecedentes y desarrollo de carrera del actual Reglamento de Ingreso y Permanencia de docentes auxiliares. Estos candidatos con cargos más altos que ahora se presentan para representarnos en Junta, y que nos señalan desapego a los concursos, también integran la comisión de Interpretación y Reglamento que en noviembre pasado nos reprochó duramente que hubiéramos armado un segundo llamado con todos los cargos en condiciones de concursar (en virtud de las rentas genuinas), apelando a la disponibilidad de los “recursos administrativos”, lo cual se traduciría en una postergación de hasta cuatro y seis años para el llamado de esos mismos concursos. También integran la dirección del Departamento que, más preocupado por las acciones culturales, demoró un año en presentar la nómina de cargos concursables, y en un plazo mayor nunca tramitó la información sobre antigüedades de la planta que le solicitamos. En los años en estas instancias de decisión y gestión, nada supimos de los problemas de las incumbencias de títulos fuera de la facultad; nada sobre la necesidad, que ahora mencionan, de revisar las estructuras de cátedra.
Ahora estos candidatos bajan del Consejo a la Junta a marcarnos una dirección: para volver a “la vida pública” (como si la carrera, sus trabajadores y estudiantes fuéramos un planeta de otro sistema solar) nos invitan a dejar de lado nuestras aspiraciones pequeñoburguesas a los concursos de regularización y la carrera docente, a la participación política en condiciones más justas de representación, para pasar a formar parte del centro cultural de los “graduados” en el que se debate el futuro de la cultura, en calidad de especialistas e intelectuales. Se presentan como la pata Letras de un modelo nacional, pero en verdad esperan representar desde graduados en Junta los intereses de una minoría hegemónica sobrerepresentada dentro de la Facultad, cuyos intereses son bien definidos y conocidos, y en nada se parecen a las preocupaciones sociales que enarbolan.



*      La minoría de graduados en el período 2011-2012


Esta es la segunda oportunidad en que la lista Polifonía, integrada por graduados de la ex Génesis y otros vinculados al denominado grupo de “los modernos”, se presenta a elecciones. La experiencia de haber compartido el último período de representación como minoría de graduados, aunque define su constitución y procedencia heterogénea, en los hechos y acciones no hace honor al nombre. Si bien hemos coincidido en ciertos puntos o aspectos de los temas que fueron surgiendo en los debates de la Junta, excepto por su adhesión y participación en el proyecto que impulsamos de promociones de auxiliares, no ha dejado ver ese conjunto de voces capaces de proponer acciones concretas, proactivas y que abran los debates en torno a las realidades y demandas tanto de los docentes-“graduados” (auxiliares y profesores interinos) como de los graduados que no se desempeñan como docentes en la carrera.  
Así, su plataforma 2010-2011 se proponía actualizar el Plan de Estudios vigente, acelerar la expedición de los títulos de grado, desaislar a los graduados promoviendo la organización de jornadas y encuentros académicos, difundir la producción académica con la creación de una Revista de Graduados, ampliar la oferta de seminarios de posgrado, transparentar la administración del presupuesto de la carrera, discutir la legalización y reconocimiento de los seminarios internos y el desempeño de los adscriptos a cátedras como un trabajo de investigadores en formación, discutir la actual estructura de cátedra y los perjuicios académicos consecuencia de ella, discutir el sentido de las “cátedras paralelas” como modo de garantizar la pluralidad de enfoques académicos, ratificar vía Consejo Superior (Rectorado) los mecanismos para la designación de evaluadores y asignación de rentas “genuinas” en los concursos de auxiliares, etc. Como minoría, sin duda, se necesita buscar activamente muchos más consensos para habilitar ciertos temas. Aunque somos representantes por mayoría, así lo entendimos nosotros en el caso del proyecto de promociones, por ejemplo, y buscamos un trabajo conjunto, atentos a la poca predisposición del Departamento y profesores a promover estas demandas. El claustro de graduados, como venimos señalando, es por definición y acción minoritario: por su representación formal cualitativa y cuantitativamente desajustada, y por las normas consuetudinarias que enfrentamos en las tomas de decisiones. Lo cierto es que la minoría ni siquiera ha traído algunos de estos tópicos en los dos últimos años de sesiones de Junta; más bien ha hecho de la glosa su operación central, por cierto las más de las veces tergiversada, especialmente la de los proyectos y posiciones de Propuesta.

Plataforma III. Balance de nuestros proyectos y acciones 2011-2012

Propuesta de Letras fue la única agrupación de graduados que presentó proyectos para el claustro, más allá de las participaciones en los temas planteados por el propio Departamento. 

*      Regularizaciones y concursos: primer llamado

En 2011 empezó a sustanciarse el primer llamado a concursos de auxiliares bajo el nuevo reglamento. Comprometidos en la participación en todas las instancias que llevaron a ese reglamento, el trabajo en Junta y  el seguimiento de los concursos los orientamos a que la implementación no desnaturalizara el sentido de esta norma, que fue parte de un plan de lucha por las regularizaciones. Sobre el final de este proceso, se concursaron 61 cargos: 44 “ingresos” (en realidad, regularizaciones de interinatos prolongados) y 17 “renovaciones” (concursos vencidos).


*      Regularizaciones y concursos: segundo llamado

Presentamos en Junta un proyecto en la misma línea del derecho a la regularización (aquí y aquí). Minoría de graduados propuso llamados escalonados por cátedra (12 cátedras), en línea con lo que solicitaba el Departamento y lo que hoy exige la gestión de la Facultad. Sostuvimos que la prioridad eran los docentes que estaban trabajando con interinatos prolongados, y no las cátedras. En función de eso propusimos un orden y una utilización de los recursos que maximizara este llamado y se extendiera a todos los cargos de docentes con rentas genuinas adecuadas a los cargos realmente desempeñados, con aplicación de las rentas disponibles en el Departamento a la adecuación, por orden de antigüedad, de rentas de compañeros con base salarial genuina, pero inadecuados o con adecuaciones precarias (para minimizar los casos en los que se “baja” a concursar por un cargo inferior al ejercido). El Departamento se tomó un año para armar la nómina, y en la Comisión de Consejo donde informamos y defendimos el proyecto, se nos llamó egoístas por la amplitud del llamado. Finalmente se aprobó con 87 concursos de ingreso, 20 renovaciones y 31 cátedras afectadas.


*      Promociones a JTP

 El sentido de este proyecto tuvo el doble objetivo de reabrir las discusiones sobre carrera docente (excluida del Reglamento) y de reorientar los análisis de los procesos de promoción, para llevarlo desde la formulación a priori de grillas de evaluación abstractas hacia la visualización de las situaciones reales de postergación profesional y de carrera de muchos docentes de Letras. Especialmente, aunque no en forma exclusiva, hemos tenido en cuenta la posición en clara desventaja de colegas con muchos años de docencia, formados bajo otros parámetros y en el marco de otras grillas de evaluación, que hoy ven disueltos sus antecedentes y detenidas sus carreras en el cargo de ayudante por la preeminencia que en los hechos y consuetudinariamente han tomado los títulos de posgrado en la conformación de las cátedras y los pedidos de promociones. Las tareas fueron: búsqueda de la antigüedad de la planta de docentes auxiliares, preparación de los fundamentos, contacto con los docente auxiliares, discusiones y acuerdos con minoría de graduados, apertura de la convocatoria a todos los docentes de la carrera, recepción de las solicitudes, presentación de la documentación respaldatoria (solicitudes y CV). El proyecto se aprobó en Junta el lunes 19 de noviembre de 2012.


*      Fortalecimiento de estructuras de cátedra con un solo profesor a cargo

Los pedidos de concursos de adjuntos y las evaluaciones de posibles promociones no sólo apuntan a los objetivos planteados más arriba, también se orientan en varios casos a la continuidad de nuestro proyecto del período anterior, destinado al fortalecimiento de aquellos equipos de cátedra con un solo profesor a cargo.


*       Participación activa en las discusiones

Activamente participamos en la respuesta a la insostenible propuesta de la ANFHE, con la que el Director del Departamento intervino en nombre de la carrera en el encuentro de carreras de Letras el 7 de mayo de 2012 (Rosario, Santa Fe), en el marco de una convocatoria de la Asociación para discutir un documento sobre acreditación de profesorados de Letras, que elevaría el 17 de mayo al Ministerio de Educación.


*      Rentas por antigüedad
En todas las decisiones que involucraron uso de fondos salariales del Departamento sostuvimos la distribución según tres listados de antigüedades: de ad honorem, de rentas precarias/no genuinas y de inadecuaciones. Aunque el primero de estos puntos fue votado en asamblea docente de AGD  hace años, otros departamentos no lo aplican. En el período reseñado trabajamos con proyectos específicos bajo estos parámetros en la asignación de rentas para ad honorem e inadecuaciones renta-cargo y en las adecuaciones genuinas para poder llamar más cargos de JTP en el segundo llamado a concursos. En el primer tema discutimos con la minoría de profesores, que proponía la aplicación de recursos por cátedras, en el segundo, con la minoría de graduados, que también se inclinaba, como la Dirección del Departamento, por una aplicación por cátedra.

Plataforma IV. Proyectos y plan de acción 2013-2014



Para este nuevo período que se inicia proponemos dar continuidad a los proyectos detallados anteriormente y sumar otros:


*      Modificación del reglamento interno de la Facultad sobre elecciones y representaciones
Sostenemos la necesidad del claustro único docente en el cogobierno de la Universidad y su Estatuto. En una primera instancia exigimos la ampliación de la representación de profesores a todos los docentes (auxiliares y profesores interinos) en las Juntas Departamentales y en la instancia de la postulación y elección de sus directores.


*      Regularización de los interinatos a través de los concursos, en tanto único mecanismo admitido por la Facultad y la Universidad
La experiencia en Junta muestra que los procesos de regularización y concursos (llamados, preparación, sustanciación) requieren un seguimiento por parte de las representaciones de graduados en cada carrera. Si el Reglamento fue un logro político de muchos actores, su existencia en tanto norma no garantiza ni la sustanciación ni la justicia de los llamados y las evaluaciones de los postulantes, como tampoco su aplicación en tiempos razonables. Las diferencias en los modos en que se ha comenzado a ejecutar en cada carrera muestran esto.
Por el momento Letras tiene los llamados más amplios, y es una de las pocas carreras que ha aplicado criterios de antigüedad para la distribución de las rentas disponibles. Esto comienza con nuestro trabajo en Junta y no sólo con los proyectos que acercamos sino con la tarea de reconstrucción de información sobre la planta docente, y continúa con las intervenciones en la Comisión de Interpretación y Reglamento en Consejo Directivo. Para el próximo período nos proponemos:
- Seguimiento en todas las instancias de la organización para la sustanciación del segundo llamado. Esto incluye la presentación de un plan que permita, con la colaboración de la Junta y el Departamento, sustanciar la mayor cantidad posible de concursos sin demoras de gestión o administrativas.
- Preparación del tercer llamado (previsto para 2014) con los mismos lineamientos del llamado anterior. Con miras a regularizar todos los interinatos en un plazo razonable, se requerirá un mayor esfuerzo presupuestario. Hasta que se resuelva la insostenible postura de la UBA sobre las jubilaciones (al margen de la ley 26.508) y porque la Universidad informó que no aceptará los concursos de las personas en la franja etaria en disputa, un próximo llamado deberá considerar como prioritarios los casos de quienes estén cerca de la edad que se está aplicando para las jubilaciones (65 años). Esto se suma a que por el momento la regularidad está siendo una herramienta de resistencia contra la norma aplicada, y los interinos se ven especialmente vulnerables.
- Proyecto de ampliación de la vigencia de los órdenes de mérito de los concursos de auxiliares sustanciados. Varios compañeros con antigüedades considerables no han podido concursar sus cargos por falta de rentas genuinas. La totalidad de estos casos que se presentaron a concursar quedaron, por lo tanto, en los órdenes de mérito y en calidad de interinos. Actualmente, si dentro de los dos años de duración de los órdenes de mérito se consigue la renta, el docente queda regularizado. En vista de los tiempos de consecución de rentas, proponemos extender la vigencia de esos órdenes para que los compañeros no deban volver a concursar y para que la Dirección de Concursos no deba multiplicar esfuerzos en concursos ya realizados.
- Llamado a concurso de los cargos de adjuntos con largos interinatos (alrededor de 35). Para ello insistiremos en la necesidad de que la gestión de la Facultad y el Departamento asuman como prioritario gestionar los fondos necesarios para adecuar genuinamente en sus rentas y dedicaciones a los docentes que actualmente revisten en estos cargos percibiendo, en la mayoría de los casos, rentas de cargos inferiores. 


*      Promociones de docentes auxiliares
Considerando que el cargo de Jefe de Trabajos Prácticos implica un reconocimiento profesional que permite a docentes auxiliares poner en valor actividades que de hecho realizan, y acceder a desarrollos laborales en instancias internas y externas de la Facultad, este año presentamos un proyecto de promociones de ayudantes a JTP más allá de los criterios numéricos (de estructura de cátedra e inscripciones). Para el próximo período proponemos:
- Seguimiento en Consejo Directivo del proyecto aprobado por la Junta.
- La apertura de una nueva convocatoria.
- Reapertura de la discusión sobre carrera docente en Junta y en Consejo Directivo. En este punto, fue un retroceso la eliminación del artículo de promociones del Reglamento de concursos de auxiliares (ver en la introducción). Pero incluso su reincorporación no es suficiente, porque abarca sólo las categorías de docentes auxiliares., lo cual coloca a los actuales adjuntos interinos y a JTP con antecedentes muy fuertes en una situación de mayor precariedad ante futuros concursos del claustro de profesores, por el modo espasmódico en que se van dando irremediablemente las promociones. Decimos “irremediablemente” no para justificar todas y cada una sino porque la señalada falta de concursos de profesores y sus demoras generan en los hechos mecanismos alternativos vinculados con el funcionamiento real de los equipos.


*      Plan de regularización del área de Lingüística
En la actualidad los equipos de cátedra del área de Lingüística tienen a su cargo más de una materia, como herencia de los inicios del plan de la carrera en los años 80. A más de quince años, la situación se mantiene; las materias de la orientación muchas veces están sujetas a la actividad anual de equipos. Esto produce no sólo la sobrecarga de los docentes sino la ausencia en la programación de alguna asignatura; Teoría Léxica, por ejemplo, el año que viene no se va a dictar. Hasta ahora (salvo honrosas excepciones) la gestión ha optado por considerar el dictado de la segunda materia como 'asignación de funciones'; esto es: designación en un cargo y asignación de funciones en los otros cursos (esto no sucede en las otras áreas: profesor que dicta una materia, se lo designa en ella). La falta de designaciones de los docentes en cada materia, además obstaculiza, en un futuro más o menos próximo, la generación del cargo necesario para el llamado a concurso. Consecuencia: se mantiene la precariedad, los ayudantes con dedicación simple deben dar al menos dos materias por año y la planta de profesores regulares del área permanece (casi) intacta.
Proponemos un plan de acción específico para que los docentes del área sean designados en la o las materias que dictan, y llamar a concurso los cargos de adjuntos, con un plazo no mayor a dos años. Esta plan comenzará con la orientación en Lingüística formal, que incluye a Lingüística chomskiana (el concurso se encuentra en trámite), Teoría léxica y Modelos formales no transformacionales.


*      Participación activa y sistemática en los distintos ámbitos de representación y decisión de la Facultad
No sólo el tema concursos sino todos los temas vinculados con graduados (docentes auxiliares y profesores interinos) requieren seguimiento. La deficiente correlación del Departamento entre las decisiones de la Junta y la instancia decisiva del Consejo obliga a seguir las decisiones votadas y elevadas; de lo contrario, pasan a un cajón o se eternizan y transforman en idas y vueltas entre el Departamento y las comisiones del Consejo Directivo.


*      Delegados por cátedra
La variedad de situaciones particulares y grupales y la falta de información centralizada en la Facultad y el Departamento refuerzan la necesidad del contacto directo. Proponemos para el seguimiento de temas específicos tratados en Junta un sistema de delegados por cátedra para mantener informado a cada equipo y para poder recabar información sobre los problemas y las expectativas de los docentes de las distintas áreas de la carrera.

*      Incumbencias de título e intervención en la enseñanza en niveles no universitarios
Las gestiones políticas para mejorar las incumbencias de nuestros títulos de licenciatura y profesorado en otras instituciones sólo pueden realizarse desde los niveles más altos del gobierno de la Facultad; no puede una carrera salir por su cuenta a hacer esta negociación. Pero además de la voluntad política, se requieren diagnósticos que las propias carreras deben hacer. Fue el caso del documento referido al avance sobre los planes de profesorado de la ANFHE (Asociación Nacional de Facultades de Humanidades y Educación), en el que la carrera ofreció un diagnóstico para rechazar el proyecto. En tanto nuestros títulos no son habilitantes en el sector privado, pero sí en el público (especialmente en las instituciones de enseñanza) un debate sobre incumbencias requiere considerar los modos en que estamos siendo presionados por los posgrados en investigación y docencia para los desarrollos laborales en esas áreas. Pero también urge estructurar respuestas respecto a nuestro rol como educadores e investigadores sobre educación en todos los niveles de la enseñanza en la Argentina. Con la expansión a nivel nacional de las materias pedagógicas en las carreras de grado de Letras, estamos asistiendo a un avance en el que nuestras producciones e investigaciones son consumidas como insumos, pero no son tenidas en cuenta ellas mismas en las políticas del área como productoras de herramientas y diagnósticos vinculados con la enseñanza. Sostenemos, desde ya, una derogación políticamente formulada desde las bases de las universidades de la Ley de Educación Superior (24.521) vigente desde 1995, que enmarca las actuales políticas educativas que afectan no sólo a las universidades sino a todos los niveles de la enseñanza, en función de la incidencia de la formación de docentes e investigadores en el ámbito universitario. Pero nuestras respuestas no pueden apuntar al Congreso de la Nación en forma exclusiva. La derogación de la ley no es en sí misma un objetivo, porque hay que pensar una nueva, y además intervenir de manera capilar en la propia Facultad con nuestras experiencias, poniendo en valor las varias actividades y proyectos que hoy articulan los equipos de investigación de la carrera con otras instancias educativas, de salud y sociales, entre otras.