Breve y conciso, el Secretario Académico de la carrera, y
ahora candidato a representante en Junta por la lista Letras Vuelve,
Jerónimo Ledesma, elige responder a título personal nuestra
plataforma. Desconoce que, por su situación de candidato y
funcionario en el departamento, toda intervención que haga resulta
"poco" personal. Su detalle de lo que ha sido el programa del Departamento de Letras durante
estos cuatro años en nada desmiente nuestro diagnóstico político sobre sus
prioridades. Dos aclaraciones, sin embargo. La tan mentada política de
"comunicación" de la gestión departamental resulta por lo menos
incompleta o precaria cuando las actas de las reuniones de Junta no fueron, a
lo largo del último año y medio de debates y decisiones, presentadas para su
ratificación y firma por los representantes de los claustros.
También resulta un tanto pueril la argumentación que
el arduo trabajo por él desempeñado -del que no dudamos- haya sido impedido o
dificultado por la representación de graduados que en el total de los claustros
no gravita (y lo lamentamos) como para obtener efectos que modifiquen las
políticas del departamento y la gestión, cuando solamente contamos con
tres votos sobre diez. A las actas habría que remitirse para verificar que todas las
representaciones en Junta objetamos la falta de precisiones y rentas con
que la gestión de la Facultad nos urgía a elevar un primer listado de llamados
a concursos sin ningún criterio y análisis. Lamentamos
que Jerónimo Ledesma olvide el trabajo permanente y la buena disposición de los
graduados de Propuesta en y para el trabajo de la Junta; sólo
como ejemplo, los concursos de nuestros compañeros graduados se debieron en
gran parte al tesón y la permanencia de los representantes de Propuesta
que recuperaron la información institucional necesaria para poder llamar la mayor cantidad posible de cargos
en las mejores condiciones para los docentes interinos. Eso olvida
incluirlo en su memoria y balance.
Jerónimo Ledesma califica de "humo" lo
expresado en nuestra plataforma. Todos sabemos que la realidad puede ser más
infumable que el supuesto "humo", más aun cuando la anexión de lo personal
a una verdad que se cree "evidente y cristalina", con la que pretende disipar
nuestro "humo", sólo sugiere
mala fe y la intención de una lectura parcial de los hechos que son razones y
no de humo.